jueves, 1 de enero de 1987

Nombre verdadero, alternativos: William Henry Pratt
Nacimiento: 23 de Noviembre de 1887, (Dulwich, Londres, Inglaterra).
Fallecimiento: 2 de Febrero de 1969, (Midhurst, Sussex, Inglaterra).



Aunque parezca dificil de creer el mayor astro del cine terrorífico debió su desarrollo a un error de Béla Lugosi, y fue que cuando le ofrecieron al actor húngaro el papel del monstruo en el proyecto del filme “Frankenstein”, lo rechazó porque no quería someterse al maquillaje (de varias horas) necesario y también porque no tenía diálogo. William Henry Pratt comenzó a actuar de niño, pues ya en 1897 se presentó en una representación infantil de La Cenicienta hecha para Navidad, en la que el futuro astro hizo el papel de rey malvado. Luego de una infancia muy triste, siendo maltratado por sus hermanos mayores, emigró al Canadá, rompiendo el deseo paterno de dedicarse a la diplomacia, e intentando la aventura de ganarse la vida con el teatro. Pronto pasó a los Estados Unidos en donde tuvo que realizar diferentes trabajos hasta que llegó a California en donde consiguió pequeños trabajos como extra en filmes mudos. Entre 1919 y el final del cine mudo Karloff apareció en más de medio centenar de filmes, mayormente en papeles de villano secundario, personificando todo tipo de caracteres, como bandidos, piratas, indios, montañeses, árabes, mestizos, etc.


  Más tarde, llegado el cine sonoro, Howard Hawks le dio un papel secundario en un filme socialmente comprometido llamado “The Criminal Code” (1931). Allí lo vio James Whale, también inglés, y su aspecto siniestro le convenció a hacer la prueba y quedarse con el papel del monstruo. “Al monstruo le debo todo” diría Karloff muchos años después, y realmente su carrera comenzó a partir de este papel, ya que se lo entronizó como el Rey del Terror, sucediendo a Lon Chaney en tal meritorio puesto. En el citado filme su nombre no aparecía en los títulos de crédito iniciales y se indicaba que el monstruo era personificado por alguien indefinido (se lo anunciaba como un signo de interrogación “?”). Pero con el correr del tiempo Boris dejó de ser actor secundario y pasó a ser una estrella de primer orden en el firmamento hollywoodense y durante varios años su participación en los filmes era anunciada solo con su apellido, un honor previamente reservado a astros como Valentino y otros. Pero había sido un gran sacrificio, especialmente por las horas que tuvo que soportar el maquillaje de Jack Pierce y por los dolores de espalda que lo aquejaron durante la filmación. Durante los años ‘30 Boris Karloff no solo se destacó en papeles siniestros sino que tuvo participaciones memorables en filmes no terroríficos como “Scarface” (1932) un clásico del cine policial en el que interpretaba a un gangster y “La Patrulla Perdida” (1935) soberbia demostración de cine de aventuras de John Ford, en que hacía un papel más ajustado a su personalidad que era el de un soldado fanático religioso que se iba volviendo cada vez más loco.
En el campo del terror, Karloff tuvo grandes triunfos además del monstruo: habiéndose sometido nuevamente al maquillaje de Jack Pierce (8 horas desde las 4 de la mañana hasta el mediodía en que se comenzaba a filmar) se convirtió en una momia milenaria que regresaba de la muerte y clamaba venganza. “La Momia” (1932) fue notable como vehículo terrorífico y preanunció toda una serie de cuatro filmes durante la siguiente década. Ese mismo año volvió a trabajar a las órdenes de James Whale en “El Caserón de las Sombras”, en que él tenía el papel de un sirviente mudo, siniestro y atemorizador. Al poco tiempo se había convertido en sinónimo del cine terrorífico de la Universal Pictures al punto que la MGM lo pidió prestado para un filme de aventuras llamado “La Máscara de Fu Manchú” (1932). Su fama se extendió a su país natal, al que regresó y filmó dos películas de terror. Durante los ‘30 tuvo varios coprotagónicos con Bela Lugosi, más notablemente en “El Gato Negro” (1934) y “El Cuervo” (1935), en las que uno competía con el otro para ver quien llegaba a ser más terrorífico. Pero a partir de “La Amenaza Invisible” (1936) el duelo ya se había decidido y Boris demostró tener papeles más importantes que Bela Lugosi, aunque entre ellos siempre hubo una relación excelente. 1935 fue el año en que “La Novia de Frankenstein” se estrenó y que demostró la categoría de estrella de Karloff. Pero también fue el año en que el interés del público por el terror comenzó a mermar. Pronto el actor se vio confinado a participar en filmes clase B y policiales de intriga y misterio, para estudios como Monogram, Columbia y Fox. Apareció en películas de Charlie Chan, y protagonizó los filmes de misterio de Mr. Wong, un detective chino. En 1939 fue llamado de nuevo por Universal para “El Hijo de Frankenstein” en que Basil Rathbone interpretaba al científico y Bela Lugosi al jorobado Ygor. Sus siguientes películas durante un lustro fueron mayormente olvidables y de clase B (destaca aún así una versión de Ricardo III titulada “La Torre de Londres” de 1939 en que Boris cumplía el papel del verdugo calvo y cojo Mord).
  Durante los años ‘40 Karloff logró grandes triunfos en el ámbito teatral, pues interpretó el papel de Jonathan Brewster en la obra “Arsénico y Encaje Antiguo” durante largas temporadas, pero en la pantalla solo tuvo oportunidad de tener papeles protagónicos en los filmes de Val Lewton para RKO, que se salían del marco clásico tejido por Universal e intentaban un acercamiento distinto al terror. “La Isla de los Resucitados”, “El Robo de la Muerte” (ambas de 1945) y “Manicomio” (1946) fueron notables cintas que remarcaban el arte por sobre el efectismo barato de otros filmes de monstruos. Incluso fue un pionero en la TV norteamericana con una serie hoy rescatada por los ratones de archivo, llamada “Starring Boris Karloff”, emitida en 1949. Trabajó dos veces con los cómicos Abbott y Costello y transcurrió los años ‘50 como un auténtico olvidado. Nuevamente las tablas le dieron asilo reconocimiento, pues tuvo oportunidad de encarnar al Capitán Garfio en la versión escénica de la obra “Peter Pan”. Luego de “Frankenstein 1970”(1958), en que el actor interpretó no el papel del monstruo sino el del científico que lo crea, marchó a Europa donde filmó algunas películas inglesas y protagonizó uno de los mejores filmes de terror italianos a las órdenes de Mario Bava: “I Tre Volti della Paura”, también conocido como “Black Sabbath” (1963). En el interín Karloff fue el anfitrión y ocasional protagonista de “La Hora Macabra” (o “Thriller”) una serie emitida a partir de 1963. En tal circunstancia lo rescató Roger Corman para personificar al Dr. Scarabus en “El Cuervo” (1963) una comedia terrorífica que coprotagonizó con Peter Lorre, y Vincent Price. Pero el Rey del Cine Barato lo utilizó en otras dos películas filmadas practicamente en forma instantánea, tituladas “El Terror” (filmada en los dos últimos días que faltaban para que venza el contrato con Boris) y “La Comedia del Terror”. Hacia el final de su vida también actuó en una película de la Hammer (el otro estudio clásico de filmes de terror) junto a Christopher Lee y el “Cacería en el Autocinema” (“Targets”- 1968) que muchos críticos señalan erróneamente como la última película de Boris Karloff y que en realidad debe ser considerada como la última gran película del maestro, en la que interpreta un rol nostálgicamente autobiográfico, el de Byron Orlock (el nombre del personaje es un juego de palabras sobre el propio), un actor cansado de actuar en filmes de terror y que se da cuenta que la realidad es mucho más terrorífica que toda ficción anterior. Hacia el final el actor se involucró, estando ya muy enfermo con el mexicano Juan Ibañez para quien filmó cuatro (¡cuatro!) películas de terror clase B estrenadas a lo largo de los dos años siguientes a su fallecimiento en su país natal.

-------------------
Fuente: Cinefania Online

Boris Karloff (1887 - 1969)

  • Uploaded by: X357
  • Views:
  • Category:
  • Share

     
    Copyright © hkhkkjojjh753 | Distributed By Blogger Themes
    Blogger Templates Wallpapers Hack Wfi